La esterilización por irradiación gamma es un método de esterilización física que utiliza rayos gamma de alta energía, normalmente emitidos por radioisótopos como el cobalto-60 o el cesio-137. A diferencia de los métodos térmicos, este proceso se basa en la energía ionizante de los fotones para alterar las cadenas de ADN y ARN de los microorganismos. Cuando los rayos gamma penetran en el producto, crean radicales libres que causan daño intracelular, incapacitando efectivamente a las bacterias, virus y esporas para reproducirse. Este método es conocido por su alta capacidad de penetración, lo que le permite esterilizar productos densos y palés completamente empaquetados sin necesidad de abrir el embalaje, lo que garantiza que se mantenga la esterilidad hasta el punto de uso.
La naturaleza fría del proceso lo convierte en la opción preferida para materiales sensibles al calor, en particular dispositivos médicos de un solo uso, suturas y envases farmacéuticos. Sin embargo, la compatibilidad del material es una consideración crítica. Si bien muchos polímeros responden bien, ciertos materiales como el PTFE (teflón) o el polipropileno pueden sufrir degradación, decoloración o fragilidad al exponerse a altas dosis de radiación. Por lo tanto, los fabricantes deben validar la dosis cuidadosamente para equilibrar los niveles de garantía de esterilidad (SAL) con la integridad del material.
Los equipos de esterilización por radiación gamma funcionan a escala industrial y difieren significativamente de las unidades de esterilización por lotes más pequeñas que se encuentran en los hospitales. El núcleo de la instalación es el escudo contra la radiación, normalmente un enorme búnker de hormigón, que alberga el bastidor de fuentes radiactivas. En una configuración típica de procesamiento continuo, los productos se cargan en contenedores o sistemas transportadores que circulan alrededor del estante de origen. El equipo está diseñado para exponer el producto a la fuente desde múltiples ángulos para asegurar una distribución uniforme de la dosis, minimizando la relación entre la dosis máxima y mínima recibida por el producto.
El control de procesos en las instalaciones gamma depende en gran medida de la dosimetría más que de la liberación paramétrica. Los dosímetros se colocan en lugares específicos dentro de la carga del producto para medir la energía de radiación absorbida (medida en kGy). Los equipos modernos incluyen sofisticados sistemas de control para regular el tiempo del ciclo y la velocidad del transportador, que son las principales variables que determinan la dosis de radiación. Debido a que la fuente se desintegra con el tiempo (el cobalto-60 tiene una vida media de aproximadamente 5,27 años), los tiempos de exposición deben ajustarse periódicamente para mantener parámetros de esterilización consistentes.
Para los instrumentos que no pueden soportar el calor del vapor o los largos tiempos de aireación requeridos por el óxido de etileno (EtO), la esterilización por plasma de gas se ha convertido en una tecnología vital. Este proceso, a menudo denominado plasma de gas de peróxido de hidrógeno, implica vaporizar un precursor (generalmente peróxido de hidrógeno) y luego aplicar energía de radiofrecuencia (RF) o microondas para crear un estado de plasma. La generación de plasma crea una nube de partículas cargadas, incluidos radicales libres y luz ultravioleta, que destruyen rápidamente los componentes de las células microbianas mediante oxidación.
La principal ventaja de la esterilización por plasma es su capacidad para funcionar a bajas temperaturas (normalmente de 40 °C a 50 °C) y baja humedad. Este entorno es ideal para equipos médicos sofisticados, como endoscopios de fibra óptica, cámaras y taladros eléctricos que contienen componentes electrónicos sensibles. Además, los subproductos de la reacción no son tóxicos (principalmente vapor de agua y oxígeno), lo que elimina la necesidad de ciclos de aireación prolongados y garantiza la seguridad de los trabajadores de la salud.
A pesar de los avances en los métodos químicos y de radiación, la esterilización por vapor (autoclave) sigue siendo el método más utilizado y confiable para artículos resistentes al calor y a la humedad. El mecanismo implica el uso de vapor saturado bajo presión. El calor latente liberado cuando el vapor se condensa en la superficie más fría de la carga provoca la coagulación y desnaturalización de las proteínas microbianas. Para que sea eficaz, el vapor debe estar "saturado" (conteniendo la máxima cantidad de vapor de agua) y libre de bolsas de aire, ya que el aire actúa como aislante y evita que el vapor entre en contacto con la superficie de los instrumentos.
Los equipos para la esterilización por vapor varían desde unidades de mesa hasta enormes autoclaves industriales. Los ciclos generalmente se definen por temperatura y tiempo, siendo los estándares comunes 121 °C durante 15 a 30 minutos o 134 °C durante 3 a 4 minutos (ciclos rápidos). Es el método más económico, no tóxico y capaz de penetrar eficazmente cargas porosas y kits quirúrgicos envueltos. Sin embargo, es estrictamente incompatible con plásticos sensibles al calor, componentes eléctricos y aceites o polvos anhidros.
Seleccionar la modalidad de esterilización correcta requiere una evaluación técnica de la composición del material del dispositivo, la configuración del embalaje y el rendimiento requerido. La siguiente tabla describe las distinciones operativas clave entre los métodos gamma, plasma y vapor.
| Característica | Irradiación gamma | plasma gaseoso | Vapor (Autoclave) |
| Agente primario | Radiación ionizante (Cobalto-60) | H2O2 Vapor Energía RF | Vapor saturado |
| Rango de temperatura | Ambiente / Bajo | Bajo (~50°C) | Alta (121°C - 134°C) |
| Poder de penetración | Excelente (alta densidad) | Bajo (superficie y lúmenes cortos) | Bueno (cargas porosas) |
| Duración del ciclo | Continuo / Horas | Rápido (~45-75 minutos) | Variable (30-60 minutos) |
| Residuales | Ninguno | Ninguno (Water/Oxygen) | Ninguno (Water) |
La decisión de invertir en equipos de esterilización versus subcontratación depende en gran medida de la modalidad elegida. Las unidades de esterilización por vapor y esterilización por plasma de gas son lo suficientemente compactas para su instalación in situ en hospitales y laboratorios de fabricación más pequeños. Ofrecen capacidades de esterilización "justo a tiempo", lo que permite una rápida rotación de instrumentos quirúrgicos. El gasto de capital es moderado y los requisitos de infraestructura (electricidad, agua destilada, ventilación) son manejables en instalaciones estándar.
Por el contrario, los equipos de esterilización por radiación gamma representan una enorme inversión de capital que requiere búnkeres especializados, licencias regulatorias estrictas (seguridad nuclear) y una logística compleja. Como resultado, la esterilización gamma está a cargo casi exclusivamente de grandes organizaciones de esterilización por contrato (OSC). Los fabricantes envían productos paletizados a estas instalaciones para su procesamiento. Al elegir un método, las empresas deben sopesar los costos logísticos y el tiempo de respuesta del procesamiento gamma externo frente a los problemas de compatibilidad de materiales que podrían obligarlas a utilizar soluciones de vapor o plasma in situ.
